La tokenización de activos es un concepto que ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente con la llegada de la tecnología blockchain. Consiste en convertir un activo físico o digital en un token, que es una representación digital que se puede intercambiar y transferir de forma segura en una red descentralizada.
En la era digital actual, en la que la información se ha convertido en uno de los activos más importantes, es esencial disponer de herramientas y procesos que permitan una gestión y conservación eficaces de los datos. La tokenización ha cambiado por completo la forma de gestionar los datos sensibles ofreciendo una mayor seguridad reduciendo considerablemente la posibilidad de que la información privada se vea comprometida en caso de una brecha de seguridad.
El procedimiento de tokenización se divide en varios pasos. En primer lugar, se identifica el activo que se quiere tokenizar. A continuación, el activo se cambia por un token distintivo creado mediante técnicas criptográficas fiables. El token se utiliza para realizar operaciones y transacciones en lugar de los datos reales, y los datos sensibles se conservan en un entorno seguro. Los datos originales se obtienen invirtiendo el token utilizando una clave de descifrado. La tokenización puede aplicarse en una gran variedad de aplicaciones y entornos sin necesidad de realizar grandes ajustes en la infraestructura actual. Por ello, las empresas pueden preservar sus datos sin sufrir interrupciones significativas de su actividad. La tokenización permite mantener la funcionalidad de las aplicaciones sin revelar datos sensibles, a diferencia del cifrado clásico, que a menudo requiere descifrar los datos para llevar a cabo las tareas. Los tokens pueden utilizarse para acelerar el flujo de trabajo y las transacciones sin sacrificar la seguridad, ya que pueden procesarse y utilizarse de forma similar a los datos originales.
En los últimos días Bank of America ha publicado un informe de más de 150 páginas sobre activos tokenizables, marcando en parte la tendencia que se va consolidando poco a poco en las diferentes industrias. Cuando un grande invierte tiempo y esfuerzo de esta manera el tema hay que tomárselo en serio.
Algunos activos que a día de hoy ya están siendo tokenizados y para los cuales ya existen múltiples opciones en el mercado para los posibles inversores son:
Obras de arte: Cada token representa el todo o una parte de la obra, y los inversores pueden comprar y vender estos tokens, lo que democratiza el acceso al mundo del arte, facilita la inversión y el comercio de activos artísticos.
Vehículos: Permite a los propietarios dividir la propiedad en fracciones y vender partes de su vehículo. Esto puede ser especialmente útil en casos de uso compartido de automóviles o para financiar la compra de un vehículo mediante la venta de tokens.
Energía renovable: La tokenización de activos energéticos, como proyectos solares o eólicos, permite a los inversores comprar y poseer una parte de la producción energética generada por estos activos. Los inversores pueden recibir recompensas en forma de tokens en función de la energía generada.
Inmuebles: es posible fraccionar un inmueble en múltiples tokens, lo que permite a los inversores adquirir una fracción del valor de la propiedad. Estos tokens se pueden intercambiar en plataformas de trading, lo que brinda mayor liquidez y acceso a un mercado global.
Acciones y valores: Los activos financieros tradicionales, como acciones y bonos, también se pueden tokenizar. Esto permite una mayor accesibilidad y liquidez en los mercados financieros, ya que los inversores pueden comprar y vender tokens en lugar de poseer directamente los activos subyacentes.
Metales preciosos: La tokenización del oro, la plata y otros muchos metales preciosos o raros, permite a los inversores poseer y negociar fracciones de estos activos. Los tokens respaldados por metales preciosos proporcionan una forma más accesible y práctica de invertir en estos activos tradicionales.
Derechos de propiedad intelectual: Las patentes o derechos de autor, pueden ser tokenizados para permitir su comercialización y monetización más sencilla. Los creadores pueden emitir tokens que representen una parte de la propiedad intelectual y venderlos a inversores o licenciarlos a terceros.
Recursos naturales: La tokenización también se puede aplicar a activos relacionados con recursos naturales, como terrenos forestales o concesiones mineras. Los inversores pueden poseer tokens que representen una parte de estos activos y beneficiarse de su explotación o conservación.
Deuda: Los instrumentos de deuda, como préstamos o bonos, se pueden tokenizar para facilitar su negociación y liquidez. Los inversores pueden poseer tokens que representen una porción de la deuda y recibir pagos de intereses en función de su participación.
Coleccionables digitales: Los coleccionables digitales, como los NFT (tokens no fungibles), son un ejemplo destacado de tokenización de activos. Estos tokens representan la propiedad única de un activo digital, como una imagen, un video o un artículo virtual, y se pueden comprar, vender y coleccionar en plataformas especializadas. Equipos de futbol, baloncesto, beisbol, etc…están aprovechando en la tokenización una manera de rentabilizar sus productos y servicios. Y así hasta un largo etc.
Al sustituir los activos por fichas únicas e irrevocables, la tokenización es una solución de seguridad eficaz con muchos beneficios tales como mayor accesibilidad, liquidez y transparencia en la gestión de los activos y su adopción continuará expandiéndose a cada vez más sectores de la economía.. En muchos casos, sin comprometer la confidencialidad de los datos, su aplicación mantiene el cumplimiento de la normativa, mejora la seguridad y agiliza las operaciones diarias. La tokenización también se está convirtiendo en una herramienta crucial para las empresas que buscan proteger sus datos y mejorar su seguridad en un entorno digital en el que la protección de la información cada vez es más crítica.
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