En la era digital, a diario se producen ataques a las entidades financieras. Los departamentos de ciberseguridad de dichas entidades cada vez tienen más notoriedad dentro de la estructura tecnológica de estas empresas. Anualmente realizan unas inversiones muy considerables en reforzar y mantener todos los sistemas y herramientas necesarios para estar continuamente preparados ante dichas amenazas. La confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos son aspectos críticos para la industria financiera, ya que los delincuentes cibernéticos buscan aprovechar cualquier vulnerabilidad para obtener información confidencial y cometer fraudes financieros. Según un informe de Bussines Insider el 2023 está siendo uno de los años más aprovechados por los ciberdelincuentes.
Me parece muy oportuno enumerar en este post un decálogo de las mejores prácticas para proteger los activos más valiosos.
Implementar medidas de seguridad en capas: El sector financiero es un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes debido a la gran cantidad de datos sensibles y las transacciones monetarias que se llevan a cabo. Las entidades financieras deben hacer frente a diversas amenazas, como ataques de phishing, malware, ransomware, ataques de denegación de servicio (DDoS) y brechas de seguridad internas. La capacidad de respuesta y la anticipación son fundamentales para mitigar estos riesgos. La seguridad en capas implica la implementación de múltiples medidas de seguridad en diferentes niveles. Esto incluye firewalls, sistemas de detección y prevención de intrusiones (IDS/IPS), soluciones de cifrado, autenticación multifactor, sistemas de gestión de accesos y parches regulares de seguridad. Al tener múltiples barreras de seguridad, se dificulta el acceso no autorizado a los activos.
Mantener los sistemas y software actualizados: Se deben mantener los sistemas operativos, aplicaciones y software de seguridad actualizados. Esto incluye aplicar los últimos parches de seguridad y actualizaciones proporcionados por los proveedores de software. Las actualizaciones regulares ayudan a cerrar las vulnerabilidades conocidas y proteger los activos contra las últimas amenazas cibernéticas.
Aplicar políticas de gestión de accesos: La gestión de accesos eficaz es fundamental para controlar quién tiene acceso a los activos más valiosos. Se deben establecer políticas de acceso basadas en el principio de "menos privilegios", lo que significa que los usuarios solo deben tener los permisos y privilegios necesarios para realizar sus tareas laborales. Además, se deben implementar controles de autenticación sólidos, como la autenticación multifactor, para garantizar que solo los usuarios autorizados puedan acceder a los activos. Quiero hacer especial énfasis en el acceso como privilegio y no como rutina. Es uno de los principios fundamentales en el contexto del decálogo de medidas de ciberseguridad. Este enfoque implica que el acceso a los sistemas, aplicaciones y datos dentro de una organización no debe ser otorgado de manera indiscriminada, sino que debe ser considerado como un privilegio que se asigna según las necesidades y responsabilidades de cada usuario.
Realizar pruebas de penetración y auditorías de seguridad: Son esenciales para identificar posibles vulnerabilidades en los sistemas y aplicaciones. Estas pruebas deben ser realizadas por expertos en seguridad cibernética que pueden simular ataques reales y evaluar la efectividad de las medidas de seguridad implementadas. Las auditorías de seguridad también ayudan a garantizar el cumplimiento de los estándares de seguridad y regulaciones aplicables.
Educar y capacitar al personal: El eslabón más débil en la seguridad de una entidad financiera puede ser el factor humano. La capacitación y concientización del personal son vitales para fortalecer la seguridad cibernética. Los empleados deben recibir capacitación regular sobre las mejores prácticas de seguridad, cómo reconocer y evitar las amenazas cibernéticas, y cómo reportar incidentes de seguridad. Esto ayuda a crear una cultura de seguridad en la organización y minimiza los riesgos asociados con errores humanos y el phishing.
Establecer planes de respuesta a incidentes: Es esencial contar con un plan de respuesta a incidentes bien definido y probado. Este plan debe incluir los pasos a seguir en caso de una violación de seguridad, cómo comunicarse con las partes interesadas relevantes, y cómo mitigar y recuperarse de los incidentes. Un enfoque de respuesta ágil y coordinado es crucial para minimizar los daños y restablecer la normalidad lo más rápido posible.
Encriptar los datos sensibles: La encriptación de datos es una práctica fundamental para proteger la confidencialidad de la información sensible. Al encriptar los datos en reposo, en tránsito y en almacenamiento, se asegura que incluso si los datos caen en manos equivocadas, no puedan ser utilizados sin la clave de desencriptación correspondiente.
Monitorear y detectar anomalías: Implementar sistemas de monitoreo y detección de anomalías es crucial para identificar y responder rápidamente a actividades sospechosas. Las soluciones de seguridad deben estar configuradas para generar alertas en caso de comportamientos inusuales o intentos de acceso no autorizados. Esto permite una respuesta temprana y la adopción de medidas correctivas antes de que se produzca un daño significativo.
Establecer políticas de seguridad claras: Se deben definir y comunicar claramente las políticas de seguridad a todo el personal. Esto incluye pautas para el uso de contraseñas seguras, el acceso a redes corporativas, la protección de dispositivos móviles y la prohibición de compartir información confidencial. Las políticas deben actualizarse regularmente para abordar las amenazas emergentes y las mejores prácticas de seguridad.
Realizar copias de seguridad y recuperación de datos: Implementar un sólido plan de copias de seguridad y recuperación de datos es también clave. Las copias de seguridad periódicas garantizan que los datos críticos se puedan restaurar en caso de una violación de seguridad o un desastre. La ubicación de las copias de seguridad debe ser segura y fuera del alcance de los posibles atacantes.
Evaluar y auditar proveedores de servicios externos: Muchas entidades financieras confían en proveedores de servicios externos para diversas operaciones. Es importante evaluar la postura de seguridad de estos proveedores y asegurarse de que cumplan con los estándares de seguridad requeridos. Se deben establecer acuerdos contractuales sólidos para proteger los datos y garantizar la responsabilidad en caso de violaciones de seguridad.
Mantenerse actualizado sobre las tendencias de seguridad: La ciberseguridad es un campo en constante evolución, con nuevas amenazas y vulnerabilidades emergiendo regularmente. Las organizaciones deben mantenerse actualizadas sobre las tendencias de seguridad y participar en comunidades y foros de seguridad para intercambiar información y mejores prácticas con otros profesionales de la industria.
Gestión de riesgos: La gestión de riesgos es esencial en la ciberseguridad de las entidades financieras. Esto implica la identificación y evaluación de los riesgos potenciales, así como la implementación de controles y salvaguardias adecuados. Las evaluaciones de riesgos periódicas, las pruebas de penetración y las auditorías de seguridad son herramientas efectivas para garantizar que se aborden los posibles puntos débiles.
Colaboración y respuesta ante incidentes: La ciberseguridad en el sector financiero requiere una colaboración estrecha con agencias gubernamentales, instituciones financieras y organismos de seguridad cibernética. Es importante compartir información sobre amenazas y vulnerabilidades para mantenerse al tanto de las últimas tendencias y contrarrestar las tácticas de los delincuentes. Además, las entidades financieras deben tener planes de respuesta ante incidentes bien definidos para actuar rápidamente en caso de violaciones de seguridad.
La inversión en ciberseguridad es fundamental para mantener la confianza de los clientes y salvaguardar la reputación de la organización.
Como conclusión, la ciberseguridad es esencial para proteger los datos sensibles, garantizar la integridad de las transacciones y prevenir ataques cibernéticos que puedan afectar la estabilidad y la confianza en el sistema financiero. Al implementar medidas de seguridad robustas, gestionar los riesgos, capacitar al personal y colaborar con otras entidades, pueden fortalecer su posición de seguridad y enfrentar de manera efectiva las amenazas cibernéticas en constante evolución, mitigando los riesgos y protegiendo la confidencialidad, integridad y disponibilidad de sus activos críticos. Proteger los activos más valiosos en ciberseguridad requiere una combinación de tecnología, procesos y educación.
Excelente lectura
javier, muchas gracias x tu generosidad